Durante mi estancia en la India me sentía guapo, quizás porque no había muchos espejos, quizás porque la gente no se fija tanto en esas cosas cuando tienen otras preocupaciones, el caso es que ahora tengo barba y voy más despeinado de como me fui. En mi llegada al aeropuerto de Barcelona, a parte de encontrarme los olores puramente refinados y artificiales, me encontré con cientos de personas peripuestas perfectamente peinadas y enseguida empecé a sentirme diferente a todos ellos, no me sentía bello. Mi ropa días después, huele a suavizante, mi pelo brilla pero yo ya no me siento bello. Todo el mundo se ríe de mis barbas y de lo raro que físicamente he vuelto. Todos se quedan con mi físico y en India eso a penas era significativo .
En el mundo del consumo, nunca nos sentiremos saciados, en el de la belleza estereotipada, nunca estaremos conformes con nuestra imagen.
Qué bonito es sentirte bonito!
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