Así estoy!

Ese momento fugaz que separa el silencio del sonido, esa linea que separa lo feo de lo hermoso, lo que separa tus labios de los labios de la persona que amas justo antes de besarla, la respiración previa a una buena carcajada, el momento antes de tocar el agua despues de saltar del bordillo de la piscina, cuando decides saltar desde una altura y aún con los pies en el suelo inclinas tu cuerpo sin vuelta atrás,el silencio que guarda una madre antes de que el recién nacido eche a llorar...

Siete días y cada día uno menos. Ya tengo casi todo preparado y han comenzado las despedidas de la gente que quiero y de los que me quieren. Muchos sentimientos se entremezclan y siento que estoy en el momento de tierra de nadie.

Pese a que voy a volver físicamente o por lo menos eso es lo que tengo pensado, tengo la sensación de que va a ser otro yo el que vuelva, me encuentro en un momento de mi vida MUY receptivo y en la vida en transumancia se multiplican las experiencias que te forjan. Me gusta comparar los viajes a un concepto que en la teoría de la relatividad de mi tocayo se le llama dilatación del tiempo. Dice que un cuerpo que viaja cerca de la velocidad de la luz con una velocidad constante y sin influencias gravitatorias, su tiempo transcurre más rápido que el que está inmóvil, con lo cual si se mantiene mucho tiempo a esa velocidad, habrá vivido mucho más que el otro. En el caso de la "teoría de los viajes" el observador que viaja tendrá muchísimas más experiencias que el que se queda quieto en su ciudad. Con lo cual: Si al viaje que voy a realizar le sumo lo receptivo que estoy y lo multiplico por el tiempo físico que en viaje voy a vivir, llegaré de vuelta con una mirada más viejuna en un cuerpo igual de joven (según los ojos del que lo mire). Y por consecuencia a tal experiencia, tengo la sensación que me despido para mucho tiempo aunque para los que se queden aquí el día que llegue no les parezca tanto.

Aunque sea para despedirme, escribiré otra entrada antes del 13.

Abrazos