miércoles, 23 de junio de 2010

Todo lo que rodea al arte o es humildad o es MIERDA!


Desde que el director espera con las manos en alto y da la entrada, o desde que el batería choca sus baquetas para indicar el comienzo, o desde que el cantante de turno cierra los ojos y comienza a cantar.

Hasta que acaba el ultimo suspiro de una flauta, el silencio de una obra en la que da pereza aplaudir o el final apoteósico y sincronizado de una numerosa banda.

Todo eso es el arte... una forma de expresión usando como herramienta la estética.
Y qué bello es cuando te acercas a un artista y emana paz interior y humildad, porque sólo él sabe que es un mero tramite entre la obra y el oyente. ¡Eso es el artista! un mero trámite... es un cuerpo que dedica tiempo de su vida por el amor al arte!

Las sonrisas orgullosas, el aire de superioridad que acompaña a algunos "artistas", las sumas de dinero que se reciben tras las actuaciones, los que se acercan al arte para sacar tajada... desde el momento en que acaba ese último sonido del concierto... bienvenidos a la farsa, bienvenidos a la mierda!

Y como explicación a semejante verborrea (escribiendo esta palabra se me ha ocurrido pedir perdon por las faltas ortográficas que pudieseis hallar), resulta que ayer acudí a un concierto de Lang Lang (un mundialmente conocido pianista chino)y resulta que era embajador artistico de China, recibia importantes sumas de dinero por llevar el traje que llevaba, hacia propaganda para adidas y otras muchas marcas que no recuerdo y valía la entrada a su concierto 20 euros en un auditorio de 2000 personas de capacidad prácticamente lleno. Ahora: Tocaba como los ángeles y su limpieza era de envidiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario